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Trastorno de Ansiedad

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una afección común. Cualquier persona puede sufrir este trastorno. La mayoría de las personas que sufren el trastorno de ansiedad refieren sentirse ansiosas desde hace tiempo.  El trastorno de ansiedad generalizada es un poco más frecuente en las mujeres que en los hombres.

El síntoma principal es la presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando hay poca o ninguna causa. Aún estando consciente de que sus preocupaciones o miedos son más fuertes de lo necesario, una persona con trastorno de ansiedad generalizada aún tiene dificultad para controlarlos.

Además del trastorno de ansiedad generalizada pueden estar presentes muchos síntomas físicos, como tensión muscular (temblor, dolor de cabeza) y problemas estomacales, como náuseas o diarrea.

¿Cómo se puede controlar un trastorno de ansiedad?

  • Dedicando tiempo para realizar actividades diarias. Disminuir nuestro ritmo cotidiano permitirá mandarle la señal a nuestro cerebro de que estamos tranquilos, generando una señal distinta a la que mandamos cuando nos encontramos apresurados y ansiosos. Tomarse el tiempo para sentarse a comer, ducharse, salir a pasear, ver nuestro programa favorito, hacer comida,  hacer una cosa a la vez y enfocarse a ella, organizar el tiempo del día permitirá que disminuye considerablemente los niveles de estrés y por consiguiente evitaremos un estado ansioso.
  • Realizando un poco de ejercicio diario. Correr, caminar 30 min, nadar, etc. ayudará a deshacer la tensión del cuerpo. El ejercicio diario (o por lo menor 3 veces a la semana) ayuda a generar en nuestro cerebro endorfinas que son capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, además de actuar a nivel cerebral produciendo experiencias subjetivas, que son sensaciones intensas, bien conocidas por los deportistas como son la disminución de la ansiedad y la sensación de bienestar.
  • Relajarse. Buscar un momento al día y un lugar que genere calma y paz para relajarse. Respirar profundo, cerrar los ojos y traer a la mente pensamientos e imágenes positivos e invertir en un buen masaje de vez en mes. Si esto no funciona, se deben aprender algunas técnicas de yoga o Tai Chí para beneficiar al organismo.
  • Reír y propiciar momentos de esparcimiento. Ir al cine, al parque, jugar, conversar, navegar por internet, ver a los amigos y reírnos a carcajadas son algunas de las cosas que puede poner a la mente en un estado apacible y  disminuir la ansiedad.
  • Vivir en el presente. El estrés, las preocupaciones y el miedo no existen en el presente. Nos preocupa o tememos por algo que puede suceder (futuro) y la culpa generalmente es por algo que ya pasó (pasado). Así que no queda más que ocuparse por lo que se está viviendo, si hay algo pendiente hay que programarlo y ocuparnos de ello en su momento y evitar darle vueltas al asunto.
  • Ser responsable. Toda acción tiene una consecuencia y ésta tendrá que asumirse con responsabilidad. Si te equivocas y tomas una mala decisión, asume tu responsabilidad con madurez, afróntala y aprende de ella. Los errores nos ayudan a crecer y mejorar. La culpa y el remordimiento sólo alimentarán la ansiedad.
  • Ser asertivo y aprende a decir “no”. Cuando se nos dificulta decir no terminamos llenándonos de tareas que saturan nuestro día y aumenta el cansancio y el agobio.  Hay que aprender a priorizar las actividades y determinar cuáles valen la pena hacer y cuales no. Nada es más importante que la salud física y emocional.
  • Modificar los pensamientos. Generalmente la persona ansiosa también tiende a ser rígida en sus pensamientos, le preocupa que las cosas salgan perfectas y terminan invirtiendo mucha energía en eso. Además se preocupan por situaciones que no han ocurrido generando grandes cantidades de ansiedad. Lo importante es reconocer que nada es estático y por consiguiente la vida tiene muchos cambios y adoptar un pensamiento flexible ayudará a combatir la ansiedad.
  • No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”. El conocimiento de que hay tareas pendientes ayudará a que aumente el estrés en nuestras vidas. Retrasar las tareas se convierten en una fuente innecesaria de tensión. Si puedes hacerlas hoy, ¡hazlas! Ocúpate y no te preocupes, y si no puedes prográmalas. En la medida que vayan desapareciendo esas tareas, te sentirás más tranquilo.

En conclusión, para combatir el trastorno ansiedad generalizada es importante identificar los factores que la detonan. Llevar acabo estas estrategias ayudarán a tener el control de las situaciones. Sin embargo, cuando la ansiedad no depende sólo de esto, es elemental pedir ayuda profesional y acudir a terapia con un psicólogo especializado que apoye a promueva una salud física y emocional.

Fuente: Lic. Patricia Rojas

Especialista en Psicología

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