
Los primeros estímulos sensoriales que reciben los niños suelen ser sonoros, dado que el oído es el primer órgano sensorial funcionalmente maduro, incluso antes de nacer, por lo que la voz de la madre influye en el desarrollo de su lenguaje.
La música desarrolla las áreas cerebrales encargadas del lenguaje y favorece la eficiencia y automatización de los aprendizajes, supone un estímulo de alto impacto constructivo en el desarrollo del cerebro del niño sobre todo cuando se emplea sistemáticamente de manera frecuente e intencionada. Podemos encontrar música en todas partes: en el sonido del viento, en un zapateo, en la lluvia.
Cuando los niños se inventan palabras para adaptarlas a la música conocida desarrollan su creatividad y gusto por el lenguaje y sonidos musicales. Mientras se expresan, los niños pueden desahogar su enojo, demostrar alegría y otros estados de ánimo.
La música influye también en el desarrollo de habilidades de cálculo y otras habilidades espaciales. Un óptimo desarrollo cerebral depende de la cantidad y calidad de estímulos que rodean el entorno de un niño, sobre todo en su temprana infancia.
Recientes investigaciones muestran que la música también contribuye al desarrollo saludable de los niños pequeños ya que crea un ambiente que fomenta la autoestima y promueve el desarrollo social, emocional e intelectual.
Además, hasta los seis años, los niños están en el pleno descubrimiento de su cuerpo, por ello es interesante enseñarles que el cuerpo es el instrumentos más valioso, con el se pueden hacer infinidad de sonidos, al igual que con su voz, y que a través del movimiento se pueden expresar multitud de sensaciones. Todos estos tipos se expresiones se pueden desarrollar en competencia con otras áreas, como pueden ser la expresión plástica o la expresión corporal.
Es importante que desde el preescolar tu hijo tenga un continuo contacto con la música, para que pueda desarrollar aspectos musicales con la misma fluidez en la que se expresa verbalmente y para adquirir un hábito musical que con el paso del tiempo llegará a potenciarse.
Al incluir la música como parte de su educación, disfrutará momentos de alegría en los que tiene la oportunidad de exteriorizar la comunicación, movimiento, socialización y creatividad, y además le brinda la portunidad de promover el aprendizaje, estimulando su desarrollo, fortaleciendo su aptitudes para establecer relaciones fuertes y sanas con otras personas.
Lo especial de la música es que permite aprender sobre el mundo que nos rodea.
¿Cuáles son los beneficios de la música en los niños?
- Adquisición de palabras (vocabulario), que es la base para construir el lenguaje y la capacidad de leer y escribir.
- Ejercitar la repetición (memoria), reforzando el aprendizaje.
- Estimular patrones (secuencias), para ayudar a anticipar lo que sigue.
- Adquirir un compás rítmico que lo ayuda a tener una mejor coordinación.
- Apender melodías que le son de su agrado.
¿Qué otras habilidades se desarrollan con la música ?
- Genera la coordinación permitiendo a tu hijo seguir un compás y usar su mente, voz y cuerpo en conjunto.
- Ayuda a la socialización, propiciando el hacer amigos y sentirse cómodo en grupo.
- Fomenta el desarrollo del lenguaje por medio de historias, rimas y ritmos.
- Despierta la creatividad permitiendo llenar los vacíos de las palabras, descubrir sonidos o inventar canciones.
- Construir relaciones y comunicar sentimientos.
- Desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de juegos con los dedos, el baile o la interpretación de instrumentos.
- Desarrollar la individualidad permitiendo descubrir sus propios sonidos y estilos de música.
Según Shinichi Suzuki (violinista, educador y filósofo), la habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede ser desarrollada. “Cualquier niño a quien se entrene correctamente puede desarrollar una habilidad musical, de igual modo que todos los niños desarrollan la capacidad de hablar su lengua materna”.
Si deseas estimular en tu hijo la dimensión cognitiva o desarrollar una mejor concentración en el aula, puedes elegir música cuyas melodías sean ejecutadas con instrumentos de cuerdas, como los violines, cuyos estímulos sonoros llegan mejor a determinados niveles de la corteza cerebral. En cambio los instrumentos de percusión (xilófono, sonajas, cascabeles, platillos, batería, etc) estimulan habilidades motrices gruesas.
Por otro lado, si buscas potenciar la manifestación de habilidades asociadas al lenguaje o al cálculo, puedes encontrar en la música clásica es un poderoso aliado pedagógico. La música clásica es un lenguaje sonoro altamente organizado, como la de Mozart, que presenta estímulos sonoros contrastantes en perfecto equilibrio.
Cuando el niño entrena su oído para escuchar la música clásica atentamente, puede llegar a comprender su estructura y organización. Este entrenamiento concede percibir los estímulos del entorno, de manera más organizada; como por ejemplo, las instrucciones que imparte el profesor en el aula. Un oído entrenado en el arte de escuchar concentradamente favorece además el desarrollo de habilidades de retención, memoria y comprensión por partede tu hijo.
Además, involucrando la música en el aprendizaje cotidiano aumentarás su motivación, lo que favorece su colaboración, haciéndole participle de su propia educación.
Fuente: Lic. Alma Ponce
Especialista en Audición y Lenguaje
Reconstruye, Centro Psicopedagógico Especializado