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¿Cómo afecta la violencia familiar en los niños?
¿Cómo afecta la violencia familiar en los niños?

Se debe distinguir entre conflicto familiar y violencia familiar. Comportamientos normales como discusiones, peleas, controversias no conducen necesariamente a comportamientos violentos. Para que una conducta se considere como violenta debe tener el requisito de la “intencionalidad”, la intención por parte del agresor de ocasionar un daño.

La violencia implica el uso de la fuerza (psicológica, física , económica) para producir daño, siendo considerada una forma de ejercicio de poder. La violencia familiar es un problema social, afecta a un alto porcentaje de familias de cualquier comunidad, en todos los niveles económicos y culturales. Se trata de relaciones que implican un abuso de poder de parte de quien ejerce maltrato.

Estos abusos, pueden ser físicos como dar bofetadas, puñetazos, patadas, pellizcos, tirones de cabello; intimidar y humillar, amenazar, insultar.  Los psicológicos incluyen descalificar y despreciar lo que ocasiona daño y dejan trastornos emocionales no sólo mientras ocurren, sino también a largo plazo.  El abandono o la falta de atención a las necesidades físicas tambien es una forma de violencia.

 

Los niños sometidos a situaciones de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, con desvalorización, incremento de problemas de salud, muchos padecen de depresión o enfermedades psicosomáticas. Además aparecen: problemas de aprendizaje, trastornos de la conducta y problemas interpersonales.

Tu hijo sufre violencia familiar:

  • Si presenta llanto, sentimientos de culpa o vergüenza, temor, tristeza, angustia, depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, cambios de humor, olvidos o falta de concentración, confusión, desorientación, aislamiento y baja autoestima.
  • Demuestra problemas en el lenguaje, cambios bruscos e inesperados de conducta, temor al contacto con adultos o rechazo a determinadas personas o situaciones, resistencia al contacto físico, alteraciones del sueño, del apetito, agresividad, retraimiento, aislamiento, baja inesperada del rendimiento escolar, lenguaje y comportamientos que denotan el conocimiento de actos sexuales inapropiados a su edad y fugas del hogar.

La violencia familiar se desarrolla en cascada: el padre violenta a la madre y la madre a sus hijos. Estos a su vez se violentan entre ellos mismos y después a los compañeros de la escuela y así sucesivamente.

Crecer en un hogar donde hay violencia tiene un efecto duradero en los niños, debido a que los que fueron victimas de violencia o que se criaron dentro de este contexto, tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones.

Los niños tienen más probabilidades de llegar a ser hombres que maltratan a sus esposas e hijos. Las niñas tienen más probabilidades de llegar ser  mujeres con baja auto estima, y terminar en relaciones de abuso con novios o maridos.

Entonces es muy importante que como padre promuevas relaciones sanas dentro de tu familia, resolviendo los conflictos de manera pacífica a través del establecimiento de normas, límites y sobre todo una adecuada comunicación con tu hijo.

Fuente: Lic. Gabriela Villafuerte

Especialista en Psicología Infantil

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