
Nosotros jamás habíamos tenido fe en las terapias ya que creíamos que los problemas los resolvía cada niño a su propio ritmo sin necesidad de ayuda o intervención, contando sólo con el apoyo de la familia. Llegamos a Reconstruye a partir de la mala experiencia de terapias en donde nuestra hija pasó cerca de un año con un avance en su problema de lenguaje muy lento. Realmente eso reforzó nuestra desconfianza en las terapias pero no queríamos dejar a nuestra hija sin la oportunidad de resolver su dificultad de lenguaje.
En franca desesperación encontramos a Reconstruye, a partir de un proceso de selección que nos llevó a otros Centros de Terapias. Después de seis meses de asistir constantemente notamos una diferencia y comprendimos que las terapias especializadas sirven. Honestamente estamos muy contentos y agradecidos con el equipo que forma parte de Reconstruye por su servicio y atención personalizada y con la terapeuta en audición y lenguaje, quien con cariño y dedicación ayudó a Camila no solamente en la cuestión de lenguaje sino también en su autoestima.