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La Estimulación Temprana

La estimulación temprana se emplea en niños desde su nacimiento hasta los seis años. La estimulación temprana tiene el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades lingüísticas, cognitivas y físicas.

Se basa, sobre todo en la repetición. La repetición continua, sistematizada y secuencial de estímulos o ejercicios y de actividades con base científica, refuerzan las áreas neuronales de los bebés. Durante la estimulación temprana, no sólo se potenciará adecuadamente el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional del bebé, sino que también se ampliará su desarrollo individual, sus capacidades y su predisposición.

La estimulación temprana se dirige a los niños que presentaron uno o varios factores de riesgo, desde su concepción hasta el nacimiento, con el fin de prevenir o minimizar posibles secuelas y aumentar sus habilidades.

Cada niño es único y diferente, y los padres lo deben tener muy en cuenta a la hora de estimularlo. Jamás se deberá forzar al niño a que haga alguna actividad para la que él no esté preparado ni suficientemente estimulado. El bebé debe sentirse libre y motivado para mantener siempre una adecuada autoestima durante todo el proceso de aprendizaje.

Por esta razón, los padres deben respetar el desarrollo individual de su hijo, evitando comparaciones. Antes de empezar con la estimulación del bebé es importante que se conozcan las etapas de desarrollo para que puedan presentarle los estímulos y las actividades adecuadas a su edad y capacidades.

¿Cuáles son los beneficios de la estimulación temprana?

La estimulación temprana empieza con actividades de contacto con el bebé en donde se refuerza el vínculo emocional y afectivo con tu hijo, a través de masajes y estímulos sensoriales. A partir de ahí se dará inicio a las actividades de motricidad gruesa, fina, de concentración y de lenguaje.

El juego es una efectiva herramienta de estimulación para los bebés. A través del juego, los padres pueden observar el comportamiento de su hijo y conocer sus necesidades, deseos, gustos, e inquietudes.

En la estimulación temprana se debe buscar el equilibrio. Por eso debe ser integral, tanto de forma física como intelectual. Si un niño sólo aprende a jugar con la pelota y no está adecuadamente estimulado en la lectura, será un genio en el deporte, pero se sentirá incapaz de leer un libro.

¿Cómo puedes estimular a tu bebé?

  1. Elige un momento tranquilo para jugar con él. Evita jugar con tu hijo cuando notes que está cansado y sobrecargarlo de tareas y de estímulos.
  2. Elige objetos agradables al tacto, al oído, al paladar, que sean, claros, seguros.
  3. Los juegos deben ir acompañados por canciones, palabras y sonrisas. Dale a tu bebé cariño y dulzura.
  4. El juego tiene que ser algo placentero para los dos.
  5. Aprovecha el momento del baño para darle un masaje a tu hijo.
  6. Ponle música mientras lo llevas en el coche o en casa.
  7. Enséñale libros. Si es un bebé, hay libros de tela, de plástico, con olores y distintas texturas.
  8. Cuéntale cuentos antes de dormir.
  9. Háblale todo el tiempo, de esta forma estimularás su lenguaje.
  10. Reconoce los logros de tu pequeño y refuérzalo positivamente.
  11. Abrázalo, bésalo y acarícialo, un niño que crece con amor será capaz de dar amor a los demás.

La estimulación temprana debe generar motivación en los niños a través de experiencias y habilidades. Si los padres optan por la estimulación temprana, deben tener claro que esta decisión les exigirá una cierta dedicación al día. Muchos padres opinan que es muy efectiva y provechosa, por lo menos en lo que se refiere al tiempo que comparten con sus hijos.

Fuente: Lic. Alma Ponce

Especialista en Audición y Lenguaje

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