Memoria Infantil
La memoria infantil está conformada de recuerdos y en especial de emociones. Es común recordar mejor aquello que genera alegría, bienestar o diversión. La memoria es un factor fundamental en el aprendizaje en general ya que realiza las funciones psicológicas más complejas y difíciles, pero no se puede negar la importancia y la utilidad que tiene en la vida diaria; ya que cumple funciones tan elementales como recordar el camino a casa, algún número telefónico, hasta recordar como sumas, restar, etc. De ahí la posibilidad de estimular la memoria infantil con actividades lúdicas.
Los juegos y la memoria ayudan a potenciar la capacidad de atención y el aprendizaje. Obligar a tu hijo a memorizar operaciones matemáticas, reglas de ortografía o fechas no siempre resulta efectivo. Es preferible potenciar la memoria a través del juego.
Cuando tu hijo no recuerda en dónde dejó algo o si hizo la tarea, puede necesitar ayuda. Es frecuente escuchar que los padres se quejan porque sus hijos “olvidan todo” y responden “no me acuerdo” a cualquier pregunta sobre sus deberes escolares, sus labores en el hogar o hasta por los conocimientos que adquieren.
¿Cómo ejercitar la memoria infantil?
- Motivar a tu hijo a participar en la vida cotidiana, jugar y hacer rondas, enviar mensajes sencillos, realizar dibujos con detalles próximos a la realidad y recordar eventos en secuencias lógicas.
- Promueve el orden en las actividades diarias. La desorganización generalmente se acompaña de muchas fallas de memoria.
- Invítalo a recordar en dónde dejó un juguete y a que vaya a buscarlo; a leer rimas y canciones y cuentos y narrarlos en sus propias palabras. También motívalo a realizar operaciones matemáticas rápidamente, a armar rompecabezas y a participar en juegos de mesa que cada vez les signifiquen más tiempo.
- Estimula su aprendizaje y su participación, pues se ha comprobado que los niños recuerdan más fácilmente cuando exploran y encuentran una respuesta, que cuando la escucha de un adulto.
- Evita que permanezca horas frente al televisor. Motívalo a jugar con sus hermanos o amigos a actividades lúdicas, interesantes y de creatividad.
- Felicítalo cuando se esfuerce en recordar, aunque al principio requiera de algunas “pistas”.
- Hazlo reflexionar sobre las consecuencias que tiene olvidar algo que es importante para él mismo.
Lo que no debes hacer con tu hijo:
- No dejes que responda “no me acuerdo” como una forma de evitar la búsqueda de un objeto que dejaron en cualquier parte. Es el mecanismo que utilizan los niños para que tú u otra persona se encarguen de encontrarlo. Lo emplean también para no tener que dar explicaciones, para no contar algo o simplemente no establecer comunicación.
- Si olvida frecuentemente el cuaderno con la indicación de la tarea, no le ayudes a buscar la información con los compañeritos. Tampoco le ayudes a resolver a última hora los deberes que dejaron pendientes, como la compra de materiales para un trabajo. Los niños deben aprender a enfrentar las consecuencias de sus faltas de atención con los deberes escolares que se les asignan.
- No lo dejes sin ayuda. Si el caso de falta de memoria es muy notorio y perjudica la convivencia familiar pero también el rendimiento académico, es importante buscar ayuda con un psicólogo o terapeuta de aprendizaje.
- No lo regañes ni les digas cosas como “es el colmo que no te acuerdes” o “en qué mundo vives”. Mejor motívalo a recordar.
Fuente: Lic. Yuri Ugarte
Especialista en Aprendizaje
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