Sexualidad en la pareja
Hablar de sexualidad en la pareja puede ser sinónimo (en un escenario ideal) de deseo, pasión, sensualidad y erotismo; pero la realidad es que con el paso del tiempo, muchas veces con la llegada de los hijos, el deseo y la pasión pueden transformarse en una actividad monótona y aburrida, ocasionando desinterés, molestias y en ocasiones hasta rompimientos amorosos.
La sexualidad en la pareja incorpora todo el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Ésta puede ser utilizada con fines reproductivos, mantenimiento de vínculos afectivos, desarrollo de la afectividad y la conciencia de la personalidad. Así mismo, puede llevar tinte de goce y placer propio así como del otro.
Vivir la sexualidad es un ingrediente importante para que la relación en pareja funcione en armonía. Más allá del aspecto genital, existe otro que crea una complicidad con la pareja: el respeto, los besos, miradas, caricias, juegos, palabras…en pocas palabras hacer el amor, todo aquello que esté enmarcado dentro del terreno de lo erótico. Es decir, más allá de cuantas relaciones sexuales se tengan, lo más importante es la calidad con la que se disfrute.
Si bien es cierto que los problemas en el trabajo, las crisis económicas, los hijos, etc., hacen que la relación en general entre en un estado de rutina; la pasión y el deseo cobran la factura y esto puede llegar a crear un distanciamiento emocional en la pareja que impacta la sexualidad. Lo anterior, aunado a la creencia de que el amor se mantiene de manera automática, cómo si desde la unión eso ya viniera incluido, y ¡oh sorpresa!, eso no es así.
Si la pareja no se responsabiliza de cuidar el interés y procurar la sexualidad en la pareja en sus diferentes modalidades, la pasión se va y las relaciones sexuales pueden permanecer en niveles alarmante y extremadamente bajos e incómodos para ambos.
De acuerdo con el psicólogo Robert J. Sternberg, los ingredientes básicos para que una relación de pareja funcione son la intimidad, el compromiso y la pasión. La sexualidad en la pareja es parte de la pasión, por lo que se vuelve parte importante de la pareja.
Según Sternberg, estos tres elementos deberían estar en la misma proporción, aproximadamente, dentro de la relación, lo que significa que la pasión tiene el mismo peso que el compromiso establecido y que la intimidad que tengan ambos miembros.
Fuente: Lic. Patricia Rojas
Especialista en Psicología
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