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Hábitos de sueño en niños

Como lo comentamos con anterioridad, el sueño en la infancia es uno de los hábitos más saludables y beneficiosos que debe  adquirir un niño. Este debe ser bien orientado desde el principio para obtener un buen resultado ya que como cualquier otro hábito, requiere de tiempo, constancia y paciencia.

De acuerdo a especialistas existen problemas que pueden presentar los niños con malos hábitos de sueño:

  • Los niños con ritmos perturbados de sueño presentaban entre los dos y los cuatro años, más casos de otitis, rinofaringitis y enuresis nocturna .
  • Los niños que duermen menos horas de las aconsejadas tienen peores calificaciones en la escuela y déficits muy significativos en el aprendizaje y la expresión del lenguaje.
  •  La falta de atención, los problemas de crecimiento, la mayor probabilidad de obesidad infantil, dolores de cabeza, inseguridad, timidez, peor carácter y baja tolerancia a la frustración y en edades más avanzadas, el fracaso escolar, son otras graves consecuencias derivadas de un mal sueño durante la infancia.

Existen muchas estrategias que puedes emplear para corregir esta conducta, sólo debes ser constante y paciente. Dormir bien es un hábito que hay que enseñar. Insistir o castigar a tu hijo puede resultar contraproducente para que adquiera un hábito de sueño saludable.

¿Cómo ayudar a que tu hijo adquiera hábitos de sueño?

  1. El dormitorio debe ser un lugar tranquilo y acogedor, en el que poder descansar toda la noche.
  2.  Evita que tu hijo realice alguna actividad física antes de dormir ya que esto no favorece la conciliación del sueño.
  3.  Un buen baño, puede servir de relajante antes de meterse en la cama.
  4.  Evita las cenas abundantes que provocan pesadas digestiones que impide descansar profundamente.
  5.  Evita los alimentos estimulantes, como la cafeína o el chocolate.
  6.  El uso de aparatos electrónicos a última hora del día (televisión, tablet,  internet, etc.) estimulan a los niños, por lo que es preciso evitarlas a partir de las ocho de la noche.
  7. No utilizando la cama del niño para comer, ver televisión o jugar videojuegos, es solamente para descansar.
  8. Fijando una hora específica para dormir; se le debe avisar media hora antes y 10 minutos antes de la hora acordada.

Se ha demostrado un déficit de sueño durante los primeros 3 años de vida ya no es recuperable después. Existe un período crítico del desarrollo en el inicio de la infancia donde dormir poco es particularmente dañino para algunos aspectos de su evolución, incluso a pesar de que el tiempo de sueño se normalice más tarde.  Un niño que a los 5 años no ha superado sus dificultades para dormir tiene muchas más probabilidades de padecer trastornos del sueño el resto de su vida.

Fuente: Rosario Kúsulas

Especialista en Psicología Infantil

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